Hubo un tiempo (y prefiero no pensar cuanto tiempo) en que cuando se hablaba de grandes whiskys el más citado era Chivas Regal.
Si, además, el añadías la cifra de 21, entonces aquello era néctar de los dioses. O algo así.
Pero eso fue cuando en España se bebía sol y sombra y brandis como Veterano o Soberano reinaban en las barras de los bares y en las mesas donde se jugaba al mus, con el puro farias, enrollado por un papel de fumar, en la boca.
Pero el whisky Chivas Regal ha seguido estando ahí, luchando contra competidores que le han quitado aquel lugar de prominencia que tuvo en algún momento.
Pero ese whisky (bueno, sus responsables de producción y marketing), que se presenta en una plateada caja repujada, ha decidido que quiere estar ahí, en el segmento alto de esta bebida a la que los indios americanos llamaban, con gran razón, ‘agua de fuego’, y para ello ha puesto en el mercado Chivas Regal Ultis.
Este Chivas Regal Ultis, que, en palabras de la promoción que han lanzado (eso sí, sin poner un céntimo de publicidad en las webs de gastronomía) contiene «cinco excepcionales single malts seleccionados cuidadosa y artesanalmente de las destilerías más reconocidas de Speyside en Escocia: Tormore, Longmorn, Strathisla, Allt A’Bhainne y Braeval. Una referencia de lujo excepcional que, además, homenajea a cinco generaciones de maestros destiladores: Howard, Charles Julian, Allan Baillie, Jimmy Lang y Colin Scott, actual master blender», cuesta la friolera de 152,45€ (i.v.a. incluido).
Por esos 152,45€ quien sea lo suficientemente inconsciente de comprarlo se va a encontrar con un brebaje (sí, bonita palabra marinera esta de brebaje) de glorioso tono dorado (lo dicen los de la promo, nosotros no somos tan atrevidos, pero si lo suficientemente inconsciente como para reproducirlo).
Y dicen más. Dicen, por ejemplo, que su olor (o su peste para pituitarias pocos sensibles a los aromas de esta pócima) tiene un «aroma a melocotón maduro y manzana roja con infusiones de canela, dulce de azúcar y miel». ¡ah, cuánto daño a hecho la poesía!.
Y siguen señalando que cuando pasa por el paladar en vez de quemarlo, tiene «una suave textura a vainilla, clementina y albaricoques dando paso a un interior de caramelo suave, clavo picante y jengibre».
Francamente, mucho paladar me parece, pero es lo que tiene la literatura. Porque eso, aunque mala por excesiva, grandilocuente y desmesurada, no deja de ser alguna forma de literatura
Por último, indican los que lo han probado que un audaz (sí, dicen que un audaz) y «largo acabado de toque cálido a brezo que aporta una agradable experiencia».

Ya sabes que si bebes esto no conduzcas.
Bien, puede que sea así; bueno, no es que pueda, es que debe ser así, lo que ofrece a los ‘whiskcomanos’ este Chivas Regal Ultis, porque 152,45€ (me duele el corazón cuando escribo la cifra) bien lo merecen.
Caso de que no sea así, siempre están los juzgados de guardia.
Vale.