El queso majorero fue el primero de las Islas Canarias con Denominación de Origen y el primero de cabra en España en estar protegido.
Este es un queso de cabra producido de leche de cabras majoreras.
La cabra majorera es una raza autóctona producto de la mezcla de, al parecer, unas cabras prehispánicas (porque ya se sabe que ahora el que no es algo prehispánico es tonto) con las cabras que llevaron los primeros españoles a las Islas Canarias y Tenerife y que con el paso del tiempo y el aislamiento natural de las Islas, dieron lugar a las Razas Canarias Autóctonas, siendo la majorera la más abundante.
En la actualidad su cría está fundamentalmente dedicada a la producción láctea, siendo básica en la elaboración del queso majorero.

La cabra majorera.
El queso majorero con DOP se elabora exclusivamente en produce en seis términos municipales de la isla de Fuerteventura: Antigua, Betancuria, La Oliva, Pájara, Puerto del Rosario y Tuineje.
Este queso se elabora siguiendo los métodos tradicionales con leche cruda o pasterizada de cabra majorera, al que se puede añadir, cuando se destine a la maduración, hasta un máximo de un 15% de leche de oveja canaria.
El queso majorero se caracteriza por la huella de hoja de palma usada para moldear su corteza por el lateral y el de la quesería en las caras de las bases.
La superficie puede frotarse con pimentón, aceite o gofio.
La pasta es compacta al corte, de textura cremosa a semidura.
Es de color blanco-amarillento, tomando un ligero tono pardo en los quesos curados y presenta pequeños ojos.
El sabor es suave cuando está fresco, y fuerte y algo picante si está curado.
Las piezas tienen un peso que oscila entre 1 y 6 kg.
La palabra majorero viene de ‘Maxorata’, una palabra aborigen que daba nombre a la parte norte del territorio de la antigua isla de Fuerteventura en los años previos a la conquista.
Tras esta, la isla de Fuerteventura siguió conservando buena parte de la tradición pastoril que ha conservado hasta la actualidad.