Estamos en Cuaresma.
Esto ya a casi nadie le importa. Ese ‘casi’ le pertenece a los cada vez menos católicos practicantes, una especie en franca extinción –por mucho que el Papa este en la redes sociales y demás.
Lo importante, para el caso, es que la Cuaresma era un tiempo donde la comida tenía un papel muy importante.
Más exactamente las prohibiciones en torno a estas fechas.
¡Ah! ¿que no sabes lo que es la Cuaresma? OK. Te lo explico ya.
En la tradición católica existe lo que se llama Miércoles de Ceniza, que este año fue el pasado 17 de febrero, y en esa fecha empieza la Cuaresma, que dura 40 días.
Así que para el 3 de abril, Sábado de Gloria, la Cuaresma de 2021 habrá acabado.

El mundo, el demonio y la carne, los enemigos del hombre.
Esta duración no es aleatoria, sino que es un tiempo que recuerda los 40 años que el pueblo de Israel estuvo en el éxodo antes de llegar a la tierra prometida.
También invocan la cantidad de días que Cristo pasó en el desierto antes de empezar su vida pública, dedicado al ayuno y la reflexión.
Por eso en la costumbre católica, los fieles dedican este tiempo a hacer sacrificios y oración.
Los sacrificios ahora ya no son como los de antes, sino que son más livianos, y están relacionados con las interdicciones alimenticias.
La iglesia católica prohíbe el consumo de carnes rojas (buey, ternera, carnero) y blancas (cabrito, cordero, cerdo) y la caza, así como los productos de carne: embutidos y demás partes, los seis viernes de cuaresma (igualmente el viernes santo) y el miércoles de ceniza.
Como siempre hay excepciones y, así, en algunos casos está permitido el uso de tocino, siempre y cuando no sea posible cocinar con aceite.

El demonio, la carne y el mundo, los enemigos del hombre.
También estaban exentos de esta regla los marineros, o al menos eso decían los antiguos marinos para justificar su consumo de carne los viernes de cuaresma si se encontraban en tierra (y en la mar no les quedaba otra que comer pescado sí o sí).
La Iglesia Católica, Apostólica y Romana solamente permite el consumo de vegetales (frutas y verduras), animales acuáticos (pescados y mariscos); y el consumo de otros productos de origen animal como el huevo, la leche y la miel.
Por cierto, durante los tiempos duros del poder eclesial, durante la Cuaresma existieron obstante bulas especiales para poder comer lácteos, caso del ‘Indulto de Lacticinios’.
La iglesia siempre preocupándose por su grey.
Aunque la Biblia no habla de comer pescado en Semana Santa, esto se ha mantenido por tradición como especie de conmemoración a la pasión y muerte de Jesús.
Las enseñanzas de la iglesia se basa en el evangelio de Juan (21:5) «Entonces Jesús les dijo: Hijos, ¿acaso tenéis algún pescado? Le respondieron: No y El les dijo: Echad la red y hallaréis pesca, entonces la echaron, y no podían sacarla por la gran cantidad de peces»; en Lucas (9:13) «Dadles vosotros de comer y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, luego Jesús los multiplica».

La carne, el mundo y el demonio, los enemigos del hombre.
Pero también hay otra interpretación más antropológica, por así decir,; este costumbre de comer pescado los viernes proviene de la filosofía de los paganos a la diosa Venus, que estaba asociada a la la paz, el placer y la fertilidad.
Los antiguos romanos asociaron al pez con Venus, y fue usado como su principal símbolo en el día de su festividad, el viernes, donde se comía pescado en honor a la diosa.
Y todo esto para recordar las batallas de mi señora madre para que sus hijos comiesen pescado una vez a la semana, justamente en los Viernes de Cuaresma, cuando llegan estas fechas. Lloros épicos.
Dado el Dies Mercurii XVII Martius del Anno Domini Bismilessimo Vigentisimo Primo.
Vale.