El queso Gorgonzola es el queso azul por excelencia de Italia, de pasta cruda de color blanco pajizo, cuyas vetas verde-azuladas se deben al proceso de fermentación mediante la cultivación de mohos.
Gracias a su peculiar e intenso sabor, se emplea como ingrediente en diferentes platos de la cocina italiana. Así, se añade en la cocción final del risotto o se usa para preparar la salsa para la pasta.
También forma parte de los ingredientes de la tradicional polenta.
No obstante, el uso más popular del queso es untado en un pan blanco italiano acompañado por unas hojas de endivia.
Se emplea también como postre, tras una comida, junto con diversas frutas como peras o nueces.
Para gozar al máximo de la cremosidad del Gorgonzola dulce, se aconseja sacar el queso del frigorífico por lo menos media hora antes de consumirlo.
Sin embargo, aquí vamos a huir de lo más habitual y vamos a presentar una receta con salmón, un pescado que, salvo grave enfermedad del gusto, disfruta toda persona en su sano juicio.
Ingredientes:
50 g de queso Gorgonzola picante
4 filetes de salmón
1 cuchara de sal
Pimienta negra
2 cucharitas de azúcar de caña
1 cuchara de aceite de oliva
2 dientes de ajo molidos
1/2 limón
Perejil,
100 g de miel
Elaboración:
Añadir una cuchara de aceite en una sartén sufi cientemente capaz para contener los 4 fi letes de salmón. Condimentar los filetes de salmón en ambos lados con sal, pimienta y azúcar de caña.
Cocinar los filetes durante dos minutos en cada lado, bajando la llama después del primer minuto.
Añadir el ajo y las rebanadas de limón a los filetes de salmón, cerrar la tapa y saltear todo durante un minuto.
Abrir la tapa, apagar el fuego y trocear el queso Gorgonzola en la parte superior de cada filete; volver a cubrir para ablandar un poco el queso.
Espolvorear el salmón con el perejil y condimentar con un poco de miel en cada filete.