Tres guarniciones. Tres. Y de autor.
Y es que en este acendrado sentimiento de servicio público que nos anima ¿¿¿¡!!!??wtf) vamos a presentar tres acompañamientos que salen de los lugares comunes
¡Salgamos de nuestra zona de confort!, ¡descubramos nuevos, nuevas y nueves, compañeros de viaje, como si fuésemos amigos de los comunistas de principios del siglo XX!!
En esas cenas navideñas, que nos van a dejar empachados y donde, después, vamos a estar una semana a dieta para volver a empapuzarnos en la cena de Año Viejo, el asado de lechal, cordero o cabrito se ha convertido en un elemento más de la tradición gastronómica de las fiestas navideñas.
Reconozcámoslo -y no hace falta que nos torturen para ello-, su delicioso acabado y la sencillez de la preparación (si es que le has cogido el punto al horno), se encuentran entre las razones que han consolidado su cocinado como un habitual de las celebraciones navideñas.
Lo del pescado, ya lo dejamos para otro momento.
Si no quieres ponerte a asar esas carnes, en el mercado hay ahora mismo unos pre-cocinados, a fuego muy lento, que hay que plantearse si merece la pena el esfuerzo de cocinar, con sus suciedades y vigilancias, esas carnes.
Eso sí, para dar un toque personal hay que seguir haciendo las guarniciones.
Olvídate de esas bolsas con plásticos a los que llaman ensaladas.
La primera: Ensalada de escarola con granadas y aderezo de miel y aceite de oliva
Limpiar y cortar la escarola (ya sabes, esa especie de lechuga que parece el pelo del Actor Secundario Bob, sí, hombre, el de Los Simpson) en pequeños trozos.
Extraes los granos de una granada Reservas.
Preparas un aderezo con miel fluida, aceite y sal.
Disponer la escarola y granada en un bol apropiado y aliñar con la mezcla de miel y aceite.
Listo.
La segunda: Patatas panadera encebolladas con tomillo y vino blanco
Picas 200 gramos de cebollas y las patatas en finas láminas (si puedes ayúdate de una mandolina, ¡teniendo cuidado en no cortarte un dedo!).
Dispones lo cortado en una placa de horno y añade aceite de oliva por toda la superficie,
Añades el vino blanco (del bueno, no seas rácano ni miserable que tienes que quedar bien con tus invitados y, sobre todo, contigo mismo), las hojas de tomillo y sazonas.
Introduces en un horno a 180ºC durante 45 minutos, hasta que estén bien tiernas.
Las colocas en un recipiente amplio y las sirves caliente, que frías pierden.
La tercera: Cintas de calabacín, zanahoria y manzanas
Con una mandolina (esa misma con la que no te tienes que cortar un dedo) o cuchillo grande, cortas las verduras y la fruta en láminas finas y regulares.
Sazonas.
Dispones en recipiente y añades unas gotas de aceite de oliva virgen extra, remover y servir junto a la carne.
Y ya.
Con esto de los guarniciones no te lo podemos poner más fácil.
Dado el mismo día en que aquí se escribió sobre mazapanes.
Vale.