— Voy a dar una receta de pure de patatas que…
— ¡Qué?, ¿Estas diciendo que vas a dar una de pure de patatas? ¿por qué?, ¿te has vuelto loco?. Si hay unos estupendos puré de patatas industriales que los ponen en muchos restaurantes como si, esto es importante, el como si, fuesen de la casa.
— Bueno, sí, pero hay todavía almas sencillas, nobles, puras, que durante el encierro domiciliario a causa del coronavirus han descubierto el placer de cocinar, si es que cocinar es un placer, y quieren experimentar el gozo de hacer su propio puré de patatas. No sé, digo.
Vale, es un santo y voy a aburrirme un rato con esta receta mientras escucho a y leo un poco de
— Entonces, empiezo.
Hay que lavar las patatas, por aquello de si tienen tierra y tal. Como un kilo de Solanum tuberosum que es como se las conoce científicamente

Vas a hacer esta receta, ¿verdad cariño?.
— Ya empezamos con pedanterías
— Sigo. Le añadimos sal. Unos 10 gramos por litro de agua. Gorda. Sal gorda, no que tú que me lees apreciada lectora eres gorda. Que todo es muy confuso.
— Te ha dicho que un litro de agua y 10 gramos de sal. Respeta esto porque después no se puede arreglar lo de sal. Listo.
— Ahí te he visto.
Hierves todo durante 30 minutos a fuego moderando.
Para saber si las dichosas patatas están o no cocidas introduce un cuchillo en ellas y si penetra fácilmente ya están.
Escúrrelas.
Empieza a hervir la leche (de vaca, no de eso que le llaman ‘leche’ pero que no es más que jugo de una hierba o un fruto seco). Unos 300 mililitros.
— Ahí has estado en tu chemin. Así, defendiendo los valores de la naturaleza.
— ¿Me dejas seguir?
— Sigue.
— Pelas las patatas en caliente procurando no quemarte mucho, porque quemar te vas a quemar, y las cortas en dados o algo parecido.
Pásalas por el tamiz fino (al go parecido que tengas en algún armario de la cocina) a una cazuela de fondo ancho.
No uses túrmix, ya que te van a quedan correosas y chiclosas.
Pon la cazuela a fuego lento, y con una espátula de madera seca el puré durante 4 o 5 minutos trabajándolo sin parar.
— Diles que les va a doler la mano y el brazo.
— Se lo digo; os va a doler la mano y brazo, que cinco minutos son muchos minutos (no te digo ya si te pones a hacer croquetas).
Cortas la mantequilla fría en trozos y la incorporaras en el puré, poco a poco, removiendo hasta que cada dado de mantequilla sea absorbido completamente.
— Ha dicho que le mantequilla tiene que estar fría, muy fría, porque así el puré resultará más fino y suave al tacto
— Gracias.
Para que te hagas una idea de la mantequilla que tienes que usar: unos 700 gramos.
Le vas dando vuelta todo con ese brazo dolorido hasta que la mezcla este bien homogénea.
Viertes despacio la leche muy caliente y remueves hasta que todo el líquido quede absorbido.
Acabas con la varilla para que el puré sea untuoso.

La vida es un puré de patatas. O así.
— Y si todo esto te parece muy complicado, vas, te bajas al super o la tienda del barrio y les compras una caja de puré de patatas. Que aquí no obligamos a nadie.
Con Nihil Obstat (porque no hay palabrotas ni expresiones mal sonantes que atenten contra el decoro de las personas).
Vale
Dado en el día en que se celebra, por parte del santoral católicco San Abundio de Como, San Affiano, Santo Domingo Tuoc, San Eustasio de Luxeuil, San Francisco de Paula, San Juan Payne, Santa María de Egipto, San Nicecio de Lyon, Santa Teodora de Tiro, San Víctor de Capua.
Porque esta receta es como un tiro.