Clase de italiano: por regla general, repito, regla general no sea que me venga uno diciendo que sí pero que hay palabras que no son así y tal, el aumentativo en italiano se crea poniendo el sufijo ‘one’ a la palabra que queremos aumentar.
Un ejemplo: de ministra, pues eso, minestrone, y de concerto concertone. Bien, has ganado una bonita muñeca chochona poligonera en el concurso de Italiano al Día.
Si ministra es una sopa, entonces minestrone es algo así como el sopón, o la gran sopa.
Y es que los italianos tienen para todo en esto de la gastronomía.
A veces parece que las sopas, tan alimenticias y calentitas, son una comida de invierno. Y no necesariamente, como lo demuestra la minestrone, ya que esta comida se elabora con cualquier tipo de verdura, esto es, que es una pura sopa de la temporada/estación que quieras.
Lo bueno de la minestrone es que no existe una receta fija y cualquiera puede combinarla, permutarla y variarla como quiera, así que lo que sigue es una de tantas posibilidades.
Eso sí, al acabarla hay que ponerle queso parmesano.
La minestrone que proponemos aquí comienza poniendo un poco de aceite –ese que tú sabes- en una olla grande a fuego lento.
Agregamos la cebolla, un poco de agua, sal y pimienta.
Subimos un poco el fuego para saltear la cebolla.
Añadimos las verduras picadas que nos dé la gana (aquí te doy una idea, judías, apio, zanahorias, tomates), y da igual que sean frescas o congeladas
Añadimos el doble de agua que el peso de las verduras utilizadas (ya sabes, tienes que pesar las verduras en ese peso de cocina que casi nunca utilizas) y una cucharada colmada de pasta de tomate concentrado.
Lava las cortezas de queso Parmigiano Reggiano y raspa la capa exterior.
Córtala en trozos pequeños y añádelos a la sopa —y por encima de aprovecamiento.
Cocina a fuego lento y cuando las verduras estén cocidas (unos 20 minutos) sirve en un plato hondo con una cantidad generosa de parmesano rallado.
Mientras haces esta receta vas y te escuchas ‘Mabern plays Mabern’ de Harold Mabern.

Así es como nos quedamos después de una sopa minestrone.
Dado el día en que la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana celebra, entre otros, la onomástica de los santos Acacio de Bizancio, Arsenio de Scete, Bonifacio IV Papa, Desiderato de Bourges, Gibriano, Metrón, Wiro.
Siempre hay que tener un buen metrón para conocer nuestros desideratos.
Vale.